5/4/15

Cachorro y las dificultades de la "infancia"



En esta ocasión nos centraremos en su progresivo desarrollo físico, su comportamiento y los cambios que experimentará este, su interacción con los alrededores y la percepción de su entorno.
Se trata de un periodo muy importante de su vida, al estar prácticamente listo para empezar a disfrutar de experiencias fuera del entorno familiar. Aunque esto puede resultarle tremendamente divertido, también puede plantear enormes retos; recuerde que su edad, si la equiparamos con la humana, se corresponde con la de un niño muy pequeño. Así pues, es preciso que aprenda a ayudarle a adaptarse de la mejor forma posible a un mundo que, de repente, es mucho más grande. 


Desarrollo de la personalidad

¿Cuántas veces hemos oído expresiones como "es todo un personaje" referidas a un perro? Efectivamente, los perros desarrollan sus propias características y peculiaridades, y es precisamente en este periodo de su vida como cachorros (entre los 4 y los 6 meses, más o menos) cuando su personalidad empieza a definirse. 

Descubrir que se dispone de cierta independencia puede ser tan interesante y divertido para un cachorro joven como lo es para un niño pequeño. Es la época en que empezará a poner a prueba de verdad su paciencia, quizás ignorando órdenes aprendidas recientemente, comportándose de forma traviesa en busca de atención, o incluso infligiéndole algún que otro mordisco a usted o a otros miembros de su familia. Es el medio que tiene para desafiar su autoridad, y tendrá que ser firme y paciente con él. Mientras dure esta etapa, refuerce las órdenes e ignore su necesidad de atención (brevemente, durante el periodo inmediatamente posterior a un incidente). Necesita reafirmar de forma continua ante el cachorro su papel como jefe de la manada, algo que él llegará a asimilar con el tiempo. 

Además, comprenda que sus acciones podrían deberse no solamente a un ánimo travieso, sino también a los cambios físicos que está experimentando. La masticación, sin ir más lejos, puede plantear verdaderos problemas a estas edades, ya que el proceso de dentición se prolonga hasta los 6 meses de edad, aproximadamente. Así pues, asegúrese de que disponga de objetos adecuados para masticar y mantenga los demás fuera de su alcance.

Hay que establecer los límites

Debido a su instinto natural, es casi seguro que su cachorro tratará de dominar siempre que tenga la oportunidad. Este comportamiento puede manifestarse de varias formas, y deberá reaccionar frente a cada una ellas de manera rápida y sistemática, para que el cachorro se de cuenta de que no se trata de un comportamiento aceptable. Esto se debe a que una parte de él empieza a desarrollar una cierta "conciencia social" y a distinguir entre comportamientos aceptables y no aceptables. Por ejemplo, si no quiere que se siente en una silla o duerma en un lugar determinado, no permita que lo haga. Si cambia las reglas de repente, el cachorro no lo entenderá. Así pues, cámbielo de sitio cada vez, hasta que no se moleste en intentarlo siquiera.

A medida que su tamaño vaya a más, es posible que trate de dominar físicamente, en particular si hay niños cerca. En esta etapa, es necesario moderar los retozos y juegos bruscos con que podía disfrutar cuando era un cachorro pequeño, a fin de que comprenda cuáles son los límites aceptables para la diversión.


Acerca de la comida


Eso sí, cuidado con las recompensas comestibles. En primer lugar, porque debe conseguir que su perro las aprecie, cosa que no hará si las consigue a todas horas. En segundo, porque su perro debe seguir un patrón de alimentación regular, al que deberá acostumbrarse. Por último, porque es necesario que vigile su peso y compense su ingesta de calorías con ejercicio para garantizar que crece al ritmo adecuado.

Durante esta fase, es posible que el cachorro 'defienda la comida' y tema que su ración peligra cuando hay alguien cerca de su comedero. Debe lograr que se acostumbre a comer en su presencia, de modo que esa rutina no se convierta en un momento de dominación o agresión.

Si lo considera adecuado, puede probar a ponerse a su lado mientras come, y añadir alimento al comedero con la mano, para que el cachorro reconozca que no está quitando, sino dando. Cuando el cachorro esté relajado, levante con cuidado el comedero, añada más alimento, y deposítelo de nuevo en el suelo. Una vez que su mascota se acostumbre, puede intentar aproximarse desde una distancia corta y repetir el proceso. Con este proceso está ganándose su confianza, estableciendo sin imposiciones el control sobre el proceso alimenticio y tranquilizándolo, al demostrarle que con su presencia no saldrá perdiendo.

Solo en casa

He aquí una situación que puede convertirse en un desafío tanto para usted como para su cachorro. Desde luego, a él no le va a gustar ni una pizca. Y usted seguramente se sienta un poco culpable. Sea como sea, todos los cachorros y perros tienen que acostumbrarse a quedarse solos, porque esto ocurrirá en ocasiones o, incluso, de forma inevitable cada día. Así pues, tanto usted como él deberán habituarse, y la mejor manera de conseguirlo consiste en alargar gradualmente el tiempo de ausencia.

La clave para el cachorro es la seguridad: necesita estar seguro de que regresará, es lo más importante del mundo para él. A fin de que el cachorro gane confianza y se acostumbre a quedarse solo, empiece por ausentarse un momento y vaya prolongando el tiempo cada vez.

Puede empezar quedándose un rato en otra habitación. Consiga que se acostumbre totalmente a esta situación antes de dar el siguiente paso: salir de la casa mientras él se queda dentro durante unos minutos. Al igual que antes, vaya incrementando gradualmente la duración de su ausencia hasta que el cachorro se encuentre a gusto quedándose solo, al estar seguro de que usted regresará en un momento dado.

Intente que el tiempo que pase solo le resulte lo más cómodo posible. Para ello, asegúrese de que tenga la oportunidad de hacer sus necesidades de antemano, que tenga un lugar donde dormir y agua suficiente para beber.

Preparación para salir al exterior

Muy pronto, el mundo que se extiende más allá de la puerta de su casa se convertirá en una parte esencial de la rutina de su cachorro, a medida que se convierte en adulto. Para él se trata de una nueva dimensión, asociada a multitud de nuevos espacios, visiones, sonidos y, especialmente, olores, que le resultarán fascinantes. No obstante, algunas de estas nuevas experiencias podrían asustarlo al principio, por lo que debe tratar de facilitarle esta transición al exterior.

Los ruidos y los objetos nuevos suponen un reto especial para su cachorro, dado que se encuentra en una fase en la que su cuerpo está creciendo y cambiando, y sus sentidos están particularmente despiertos. Quizás ya haya vivido el primer encuentro de su cachorro con la aspiradora... ¡Imagínese su reacción la primera vez que un coche o un camión pase a su lado!

Es muy importante que el cachorro se vea inmerso cuanto antes en nuevas experiencias con el entorno, tantas como sea posible, de modo que se familiarice rápidamente con ellas y las acepte como parte de la vida cotidiana. Puede ayudarle tranquilizándolo cada vez que reaccione con inquietud, mostrándole que, en esas circunstancias, la novedad no supone una amenaza para su seguridad. Preséntele gradualmente nuevos sonidos y objetos para que aprenda a reconocerlos y se acostumbre a la idea de que las cosas nuevas no representan necesariamente una amenaza.

De nuevo, se trata de una fase que está atravesando y, con el tiempo, adquirirá mayor confianza y estará más tranquilo ante nuevos descubrimientos.

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