Comportamiento agresivo del perro
De todos los comportamientos indeseables que presentan los perros, la agresividad es el único que puede poner en serio riesgo la integridad física e incluso la vida de una persona. Por tal motivo, es la conducta por la cual más frecuentemente los propietarios consultan a los especialistas en comportamiento animal.
Hace algunos años, cuando los conocimientos acerca del comportamiento canino eran escasos, se pensaba que si un perro mordía a una persona se debía sólo a que el animal padecía alguna enfermedad, más precisamente, rabia.
Si bien algunas veces ésa era la razón del comportamiento agresivo, en la mayoría de los casos respondían a causas totalmente diferentes.
A pesar de que en la actualidad existen muchos lugares en los que no se diagnostican casos de rabia canina desde hace varios años, siguen existiendo situaciones en las que los perros agreden a los seres humanos. Los animales suelen no ser los únicos responsables ya que en muchos casos esta reacción responde al total desconocimiento que la mayoría de las personas tiene acerca del comportamiento de los perros y también a que muchas conductas agresivas son estimuladas, consciente o inconscientemente, por los propietarios.
Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta es que la mayoría de los comportamientos agresivos de los perros son normales y no verdaderas patologías, aunque por supuesto existen conductas agresivas anormales, de origen orgánico. En una especie social como la de los perros, que actúa a partir de un sistema jerárquico, que caza en grupo y que realiza la mayoría de sus actividades coordinadamente, el orden es una premisa fundamental. Este orden es establecido sobre la base de diferentes interacciones en las que la agresividad suele ser un componente importante. A su vez, es a través de la agresividad que los animales defienden sus territorios de extraños.
La agresividad es considerada además una característica positiva en muchas razas de perros, especialmente en aquellas destinadas a proteger el territorio o la familia. También en muchos casos este comportamiento es estimulado en forma individual por muchos propietarios. Si un perro agrede e incluso lesiona a un delincuente que pretendía ingresar en nuestro domicilio, será calificado como un héroe. Pero si el mismo perro agrede a un amigo que venía de visita será considerado como un individuo peligroso al que hay que sacar de la casa. Un ejemplo más de que los perros muchas veces son víctimas de nuestras propias incoherencias.
Finalmente, todo propietario de un perro debe saber que no existe un tratamiento universalmente válido para los perros agresivos, ya que la agresividad es un comportamiento sumamente complejo. Dado que puede responder a muchas causas distintas, en cada caso será necesario que un profesional especializado diagnostique adecuadamente el tipo de agresión que presenta el animal.
Debido a que detallar todos los tipos existentes demandaría varios capítulos, sólo mencionaré, a título informativo, algunos de ellos y me referiré más detalladamente a los dos más comunes: la agresión por dominancia y la agresión sobreprotectora y maternal. Entre las consideradas normales se pueden mencionar la agresión por competencia, territorial, por miedo y por dolor, mientras que son consideradas anormales la agresión por hidrocefalia, por hipotiroidismo y por epilepsia agresiva, entre otras.
Hace algunos años, cuando los conocimientos acerca del comportamiento canino eran escasos, se pensaba que si un perro mordía a una persona se debía sólo a que el animal padecía alguna enfermedad, más precisamente, rabia.
Si bien algunas veces ésa era la razón del comportamiento agresivo, en la mayoría de los casos respondían a causas totalmente diferentes.
A pesar de que en la actualidad existen muchos lugares en los que no se diagnostican casos de rabia canina desde hace varios años, siguen existiendo situaciones en las que los perros agreden a los seres humanos. Los animales suelen no ser los únicos responsables ya que en muchos casos esta reacción responde al total desconocimiento que la mayoría de las personas tiene acerca del comportamiento de los perros y también a que muchas conductas agresivas son estimuladas, consciente o inconscientemente, por los propietarios.
Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta es que la mayoría de los comportamientos agresivos de los perros son normales y no verdaderas patologías, aunque por supuesto existen conductas agresivas anormales, de origen orgánico. En una especie social como la de los perros, que actúa a partir de un sistema jerárquico, que caza en grupo y que realiza la mayoría de sus actividades coordinadamente, el orden es una premisa fundamental. Este orden es establecido sobre la base de diferentes interacciones en las que la agresividad suele ser un componente importante. A su vez, es a través de la agresividad que los animales defienden sus territorios de extraños.
La agresividad es considerada además una característica positiva en muchas razas de perros, especialmente en aquellas destinadas a proteger el territorio o la familia. También en muchos casos este comportamiento es estimulado en forma individual por muchos propietarios. Si un perro agrede e incluso lesiona a un delincuente que pretendía ingresar en nuestro domicilio, será calificado como un héroe. Pero si el mismo perro agrede a un amigo que venía de visita será considerado como un individuo peligroso al que hay que sacar de la casa. Un ejemplo más de que los perros muchas veces son víctimas de nuestras propias incoherencias.
Finalmente, todo propietario de un perro debe saber que no existe un tratamiento universalmente válido para los perros agresivos, ya que la agresividad es un comportamiento sumamente complejo. Dado que puede responder a muchas causas distintas, en cada caso será necesario que un profesional especializado diagnostique adecuadamente el tipo de agresión que presenta el animal.
Debido a que detallar todos los tipos existentes demandaría varios capítulos, sólo mencionaré, a título informativo, algunos de ellos y me referiré más detalladamente a los dos más comunes: la agresión por dominancia y la agresión sobreprotectora y maternal. Entre las consideradas normales se pueden mencionar la agresión por competencia, territorial, por miedo y por dolor, mientras que son consideradas anormales la agresión por hidrocefalia, por hipotiroidismo y por epilepsia agresiva, entre otras.
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